Tras dos meses parados por la pandemia, la vuelta a la competición para los futbolistas comportará un riesgo más alto de lesiones y para intentar paliar estas posibles dolencias la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ha propuesto que se permitan cinco cambios durante un partido en lugar de los tres habituales. Desde aquella tarde de 1863, Ebenezer Cobb Morley pasó a ser el fundador del balompié tal y como lo conocemos y así se le reconoció en su casa natal, en Hull, y en el lugar que ocupaba la taberna Freemason’s, donde una placa conmemorativa, en ambos lugares, le recuerda como “el padre del fútbol moderno”. Sanvicente fue reemplazado por Manuel Plasencia de forma interina hasta el anuncio de la contratación del exportero internacional Rafael Dudamel -que recibió a la selección en el último lugar de las eliminatorias con un punto en seis partidos-. A aquel experimento inicial bajo la normativa de la FA, le siguió el primer partido de carácter oficial entre una selección de jugadores de los clubes de Londres y el Sheffield, que se regía hasta la fecha por sus propias leyes. Estas 13 normas fueron compendiadas en un escrito titulado ‘Las leyes del juego’ (The Laws of the game), que eran gobernadas por la Football Association (FA), creada ese mismo día y que hoy es la institución más antigua del fútbol.
Para la Primera División esta modificación del reglamento deberá tener el visto bueno de la IFAB, organismo que gestiona las leyes del fútbol, que ya tiene la propuesta encima de la mesa gracias a la FIFA. Abogado de profesión e hijo de un ministro, Morley siempre fue un apasionado del deporte y quiso dar orden al fútbol, un práctica entonces con un puñado de años desde su creación que se movía entre el caos y la violencia. La suciedad y pestilencia, a falta de la creación de un alcantarillado, convivía con los vestidos relucientes de los más adinerados. En un puñado de líneas pidió la creación de una institución que regulara el fútbol y que dictaminara una serie de normas, cogiendo como ejemplo el críquet. A mediados del siglo XIX, la ciudad del Támesis vivía una época de cambio, de una gran expansión industrial que la condujo a consolidarse como la capital del mundo. Pese a estos apoyos, la propuesta no prosperó e incluso, en la norma 13, se prohibió el uso de “clavos o placas de hierro que sobresalgan en las suelas o los tacones de las botas”.
Otro de los presentes apoyó la idea sugiriendo que sin esta norma se eliminaría “el juego y el coraje, contribuyendo a que los franceses ganen con dos semanas de práctica”. Una anormalidad asumida sin más por las ligas, responsables de regular el negocio y hacer cumplir unos límites salariales y unas normas de fair play financiero, que resulta impensable en cualquier otro sector, donde la ortodoxia contable marca que cualquier empresa debe poder cubrir sus gastos operativos con sus ingresos ordinarios. La final se traslada a Jaén (los dos primeros fueron en el Palau), donde el conjunto andaluz tratará de rascar un punto en esta eliminatoria para intentar mantenerse vivos y poder forzar un cuarto partido. Los clubs pagan a los jugadores forzando sus recursos al límite para poder competir sobre el terreno de juego con una lógica que poco tiene de empresarial, mientras que la FIFA, la UEFA o las federaciones nacionales, siguiendo un falso modelo de fútbol amateur, utilizan a los jugadores que ellos no tienen que pagar para llevar a cabo su negocio sin asumir riesgo alguno”, reflexiona el profesor de la Universitat de Barcelona y analista de finanzas deportivas Gonzalo Bernardos. La explicación es tan sencilla como sorprendente: la FIFA, como las seis confederaciones supranacionales adscritas -en Europa, la UEFA- o las federaciones nacionales de fútbol, compiten con las ligas en la venta de derechos televisivos, acuerdos de patrocinio, licencias de marca, venta de merchandising y entradas y todo tipo de acuerdos comerciales.
Los británicos -ingleses, escoceses e irlandeses- buscaban en América una mejor vida y trajeron consigo algo que hacer en los ratos libres, equipacion argentina jugar al balompié con una vejiga de vaca como pelota y un par de piedras para demarcar los arcos. Aunque hay que decir que hacia honor a su apodo ya que era bien cierto que corria muy velozmente! ↑ Peñarol ganó también el Campeonato de la FUF de 1924 y el Torneo del Consejo Provisorio de 1926; si bien Peñarol los considera Campeonatos Uruguayos, no son reconocidos por la Asociación Uruguaya de Fútbol. ↑ Inclou els resultats com a Futbol Club Palafrugell. Diversas operaciones, computadas en diferentes ejercicios para no descuadrar aún más las cuentas, que no son sino un eufemismo de la venta de activos, derechos de futuro que a partir de ahora no ingresará el club. En un mercado internacional muy desigual, con clubs muy poderosos y otros extremadamente modestos, la compraventa de jugadores ya se había convertido en el principal recurso de quienes iban más apurados para conseguir cuadrar sus cuentas, haciendo que lo que computa como un ingreso extraordinario apareciese como el más ordinario en la mayoría de los presupuestos. “Hasta ahora estaba claro que siempre tenías el recurso de vender jugadores, pero la pandemia lo ha cambiado todo, y competiciones y clubs se han puesto a vender activos tensionando aún más el modelo”, señala Marc Menchén, director de la plataforma de negocios para la industria del deporte 2Playbook. Es lo que ha hecho el Barça y lo que hizo LaLiga al vender hace un año el 9% de los derechos audiovisuales durante 50 años, aunque este organismo trata ahora de impedir -lo debatirá en su próxima reunión- que los clubs incrementen en más de un 5% su límite salarial por la venta de activos en una temporada.